La cuádriga de Ben-Hur

I went down to the crossroads, fell down on my knees.
I went down to the crossroads, fell down on my knees.
Asked the lord above for mercy, save me if you please.

Imaginen la carrera de caballos de esa magnífica escena. En caso de que no la hayan visto, se vayan corriendo a Youtube, porque se pierden cine clásico de calidad, y es una pena.

Todos los aurigas en la línea de salida, las apuestas bien altas, el público enfervorizado gritando con todas sus fuerzas… Se da el banderazo de salida y….

… los caballos salen corriendo cada uno para un lado.

Desastre total. Que les corten la cabeza. Al circo a acompañar a los cristianos, hombre ya.

La comparativa con los caballos alineados hacia el mismo sitio es una de las más populares entre quienes dirigen grupos de personas y en esta actividad de la que vamos hablando, no voy a emplear otro ejemplo distinto. No podemos avanzar si no nos dirigimos todos en la misma dirección y todos queremos ir a ese lugar.

¿Que a ustedes no les pasa eso en sus guilds? ¿Tienen a todo el mundo con las ideas claras, la voluntad firme y el camino claro?. Pues deben ser los únicos 🙂

En principio puede parecer una tontería, porque presuponemos que World of Warcraft PVE a nivel más o menos alto es una actividad que tiene un camino bastante sencillo de seguir: Vas a un sitio, matas bichos, te enfrentas a un boss, recoges dineros y objetillos y repites el proceso.

Como siempre, la realidad no es tan sencilla.

Me repito como el ajo, pero las prioridades de la gente cambian, y con ella cambia su implicación. Y no solamente por motivos triviales. En un principio, todo el alegría, alborozo y ganas de jugar, pero el tiempo pasar y los éxitos (y fracasos) generales hacen que nuestra actitud ante el juego se modifique, y ya no nos apetezca hacer lo mismo, o pensemos que se está haciendo de forma inadecuada. O cambiemos nuestro estilo de juego, nuestra clase o nos vayamos a hacer PVP.

Primer punto importante a considerar: Quien juega a Wow, lo hace porque quiere. Obligar a la gente a jugar contra su voluntad o a disgusto es un grave error.

Segundo punto importante a considerar: En un altísimo porcentaje de las ocasiones, no somos sinceros ni con nosotros mismos, incluso aunque nos demos cuenta. Y seguimos jugando por rutina, por debilidad o por no dejar mal a personas que valoramos. No actuar con sinceridad es otro grave error.

El problema de todo esto es que la sinceridad es un bien escaso. Y no lo digo, ojo, porque seamos todos unos mentirosos de gran celibre, sino porque principalmente no somos sinceros con nosotros mismos. Este tipo de sinceridad es difícil de encontrar, y sobre todo de ejercitar.

Un pequeño ejemplo para apoyar esta teoría: ¿Cuantas veces han pensado que estaban hasta aquí de volver a hacer la misma instancia de raid, el mismo boss, encontrarse con los mismos pulls? ¿Cuantas veces se han sentado frente al PC pensando en lo a gusto que estarían viendo una peli, un capítulo de su serie favorita, leyendo un libro o jugando a cualquier otro juego? ¿Y cuantas veces han pensado: «Bueno, pero es que si no voy, les hago polvo…»?

No estoy juzgando negativamente a los que adoptan esa postura,  porque no es el objetivo de este artículo. Seguramente, la mayoría de los que lo lean torcerán el morro y pensarán que la peña que piensa así no tiene voluntad ni dedicación. Repito: No es tan sencillo. Las cosas cambian (Ya lo hemos visto), las personas adquieren compromisos, se emparejan, se desaniman o se aburren. El carro, en definitiva, corre el riesgo de descojonarse.

¿Y cómo podemos hacer que los caballos vayan siempre mirando hacia el mismo sitio?. Lo cierto es que únicamente se me ocurre una manera, y es tan sencilla como aplicar esa sinceridad de la que hablábamos antes. Tanto para uno mismo como hacia los demás. No jugar porque tenemos un número de ojos puestos sobre nosotros, no jugar por cubrir unas expectativas ajenas, no jugar porque tenemos que «quedar bien». Tener claro qué queremos hacer en este juego y encaminarnos hacia ello. Como sabemos, en Wow hay un hueco y un tipo de juego para prácticamente todo el mundo, de modo que no será por posibilidades.

De la misma forma, tengamos claro qué estamos pidiendo y ofreciendo a la gente que quiera unirse a nosotros y no tengamos otro producto ni otros planes. Y si lo hay, a corto, medio o largo plazo, que se deje claro desde el principio cual va a ser esa variación, idealmente con tiempo suficiente para que todo el mundo lo tenga claro.

Y pidamos la misma sinceridad en contrapartida. Perdon, *exijamos* la misma sinceridad que estamos ofreciendo. Que quede claro que nadie se va a enfadar porque haya quien tenga un cambio de prioridades o planteamientos. Ya hemos visto y asumimos que no hay nada estático en este loco mundo, de modo que no deberíamos enfadarnos porque esos cambios sucedan.

Como decía al principio, si les parece claro, de cajón y sumamente sencillo de conseguir. Una palmadita en la espalda de mi parte y buena suerte al encontrarse con la vida real 🙂

Hasta aquí hemos llegado con las carreras de caballos 🙂 La próxima entrega trataremos de uno de los temas más importantes de los que hasta ahora hemos hablado: El síndrome de burnout y cómo evitar que se presente.